El Cerro Tres Cruces, en el Parque Nacional Cajas, es muchas cosas a la vez. Mirador, divisoria de aguas continentales, encrucijada de caminos. Se halla a 38 kilómetros de Cuenca, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO. El viaje en auto hasta su cumbre toma 40 minutos por la carretera asfaltada a Molleturo. Su nombre quichua es Kimsa Cruz.
El cerro está a una altura de 4.167 msnm. Parada obligatoria de viajeros nacionales y extranjeros. Tiene unas vistas espectaculares tanto hacia Oriente como a Occidente de las lagunas y páramos del Parque Nacional Cajas. Aquí la fotografía y el video son actividades ineludibles. Hay que estar bien preparado para aguantar el viento y el frío. Para los visitantes que tienen ganas de más aventura, pueden llegar hasta un segundo mirador sobre el cerro Tres Cruces, luego de subir 300 escalones, más arriba de los 4.200 msnm.
Como hito, es la divisoria de aguas entre el Pacífico y el Atlántico, más cercana al Océano Pacífico en toda Sudamérica. Desde aquí se puede observar también los últimos remanentes de bosque andino.
Como encrucijada de caminos, en este sitio remontan la Cordillera de los Andes la carretera de cemento Cuenca-Molleturo de reciente construcción, la vía de García Moreno de la Época Republicana y el ancestral Qhapaq Ñan (Camino Real Andino), declarado Patrimonio de la Humanidad en 2014 por UNESCO. Por lo tanto, Tres Cruces es un lugar histórico de contacto entre la Sierra y la Costa y de contacto entre el cielo y la tierra, al sur del Ecuador.
Una característica más convierte a Tres Cruces en un sitio muy especial: su “apachita” que se traduce como “el que ayuda a llevar”. En el lugar existen tres cruces de mármol, son su marca particular, que con el paso de los años han quedado sepultadas por las piedras acumuladas (apachita) sobre ellas por los viajeros. Esta costumbre se remonta a los antiguos caminantes andinos, que llevaban piedritas hasta los más difíciles pasos de alta montaña y las dejaban allí, como ofrenda para que los “apus” o cerros les permitieran continuar el viaje.
Producto de estas ofrendas a los dioses se formaron tres grandes montículos de piedra. En un intento de cristianización, los montículos fueron reemplazados por cruces. Pero no funcionó. Por el contrario, las tres cruces se han fusionado con la “apachita”, porque los viajeros han dado continuidad a la costumbre. Por todas estas razones, Tres Cruces, parada obligada cuando se viaja a Cuenca desde Guayaquil por tierra.