La colina o cerro de El Panecillo es el mirador natural más importante de Quito.

La elevación se ubica en el centro de la ciudad y esta privilegiada situación la ha convertido en el sitio más visitado de la Capital del Ecuador, porque desde su cima se puede apreciar la estructura urbana de la ciudad, tanto su centro histórico como los extremos norte y sur.

El Panecillo, llamado así por los españoles desde la época de la Conquista porque su forma asemeja a un pan, tiene encima de él una escultura monumental de 45 metros de altura de la “Virgen de Quito”, creación del español Agustín de la Herrán Matorral, inaugurada en 1975, la obra artística en aluminio más grande del mundo. Herrán se inspiró para hacerla en la Virgen de Bernardo de Legarda, una escultura de 30 cm, una de las más representativas de la Escuela Quiteña.

La elevación alcanza los 3.000 metros de altura y en tiempos precolombinos se llamaba Shunguloma o Yavirac. Motivo de óleos y pinturas de los más destacados artistas ecuatorianos, El Panecillo durante la época de Independencia fue un fortín español, que cayó sucesivamente en manos de las fuerzas realistas o de los independentistas. Lo que hoy se conoce como la “Olla del Panecillo” no era más que el aljibe que servía para proveer de agua al fortín.

Como atractivo turístico, es posible visitar el museo de la Virgen o subir al mirador que se encuentra a los pies de la estatua gigante y tener una vista de Quito en 360 grados, o ver el aljibe español. A su alrededor existen restaurantes, cafés, una feria de artesanías y áreas de recreación infantil.

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Templo, museo, convento de claustro y universidad de teología y filosofía para la formación de sacerdotes  católicos, San Francisco tiene fama mundial. El complejo está ubicado en el centro histórico de la ciudad de Quito, capital de la República del Ecuador y Patrimonio Cultural de la Humanidad, frente a la plaza que tiene igual nombre. San Francisco también es conocido como “el Escorial del Nuevo Mundo”, por sus 13 claustros, 3 templos y su enorme Atrio, que suman 40.000 metros cuadrados de construcción.

Hay mucho que ver y hacer en San Francisco, porque además de su patrimonio artístico, concentra actividades de todo tipo: religiosas, políticas, educativas y populares. Como contenedor del patrimonio cultural del Ecuador, posee una colección de más de 4.000 obras de arte colonial, sobre todo de la renombrada Escuela Quiteña fundada por San Pedro Gocial. El museo lleva su nombre, tiene 7 salas y dos patios que se pueden visitar.

El templo está abierto al público; destacan la escalera que da acceso desde la plaza al atrio y la Capilla de Cantuña, conocida como la “Capilla Sixtina del arte quiteño”. La Plaza de San Francisco, frente a la Iglesia, fue el escenario de los más importantes acontecimientos históricos del Ecuador en el Siglo XX. Es también lugar para el arte callejero, un mercado popular y sitio de interrelación social.

A partir de 1535, la construcción de la iglesia y su complejo se extiende por 150 años dando origen a las primeras leyendas de la ciudad de San Francisco de Quito, entre ellas “El dedo misterioso” y “Cantuña”. Contadas por generaciones, estas historias son parte de la herencia cultural del Ecuador, lo que demuestra la importancia de este templo de leyendas y arte colonial.

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La iglesia y el convento “San Ignacio de Loyola” de La Compañía de Jesús, también conocidos simplemente como “La Compañía”, es un complejo católico ubicado en la esquina de las calles García Moreno y Sucre, en el Centro Histórico de Quito, Capital de la República del Ecuador y Patrimonio Cultural de la Humanidad. La fachada de su templo mayor está labrada en piedra y es considerada como una de las expresiones más importantes de la arquitectura barroca en América y el mundo.

La decoración interna de la iglesia está cubierta por 7 toneladas de láminas de pan de oro de 23 quilates, lo que la convierte en un patrimonio artístico y económico de valor incalculable. Como atracción turística, es una de las más importantes de Quito. La Compañía fue visitada por dos papas, Juan Pablo II (1985) y Francisco (2015).

La construcción de la iglesia se demoró 160 años a partir de 1605. Todas las obras concebidas por artistas europeos, para la iglesia, fueron puestas en práctica por artistas indígenas como Manuel Chili o “Caspicara” y mestizos como Bernardo Legarda, que le imprimían su sello personal a través de representaciones de flora nativa y símbolos de los pueblos ancestrales de la Audiencia. Los estilos empleados son el barroco, el mudéjar o morisco, el churrigueresco y el neoclásico

La Compañía es un cofre de tesoros de arte colonial religioso. Su pinacoteca exquisita custodia obras de la Escuela Quiteña, exhibidas en las paredes de la iglesia y el convento, entre ellas “Los Cuatro Evangelistas”, “Los Cardenales de La Compañía de Jesús” y “Los Dieciséis Profetas”.

Existen en el templo 2 tesoros sacros: los restos de Santa Mariana de Jesús, la primera santa ecuatoriana proclamada en 1950 y el Cuadro del Milagro de la Virgen Dolorosa.

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La Capilla del Hombre es la obra póstuma y el proyecto más ambicioso del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. Ubicada en el barrio Bellavista, Quito.

Con esta edificación, el artífice quería reflexionar sobre la historia de América Latina, las culturas ancestrales, el mestizaje, la promoción de los Derechos Humanos y la paz. Inició su construcción en 1995, pero la repentina muerte del artista en 1999 dejó inconclusa la obra. La Capilla fue terminada de manera póstuma e inaugurada en el año 2002.

El complejo consta de una edificación central y adjunta la Fundación Guayasamín. La Capilla tiene 3.600 m2 de construcción, en dos niveles. El primer nivel exhibe más de 3.000 piezas arqueológicas de las culturas Valdivia, Chorrera, Tolita, Guangala, Jama Coaque, Bahía y Panzaleo. Al costado occidental de la Capilla un conjunto de 14 tumbas pre-incásicas descubiertas en una excavación el mismo día que fallecía el artista.

La loma de Guanguiltagua en donde se encuentra este sitio ha revelado una ocupación humana asociada al Período de Integración.

El segundo nivel exhibe los cuadros más famosos de Guayasamín, varios creados para este espacio. Otros pertenecen a sus series “La Lucha del Indio”, “La Edad del Llanto”, “La Edad de la Ira” y “La Edad de la Ternura”. Atrapa la atención “La Llama Eterna”  ubicada en medio de un gran plato metálico. Simboliza la plegaria por la paz y los derechos humanos. 25 óleos de retrospectiva de su época inicial y una colección de 1.000 dibujos realizados desde que tenía 7 años de edad, pertenecen a la muestra. Por último el árbol de vida. Aquí́ se encuentran los restos del autor, en el jardín de su casa.

La Fundación Guayasamín es una organización creada y dirigida durante 25 años por el artista. Es en una de las instituciones culturales más reconocidas de Latinoamérica.

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La Mitad del Mundo es el sitio perfecto para pasear, porque resalta la ubicación exacta de la línea ecuatorial, de la cual el país Ecuador toma su nombre. Se halla en la parroquia de San Antonio de Pinchincha, al norte de la ciudad de Quito. La principal atracción del lugar es el Monumento a la Mitad del Mundo, que recuerda a la misión geodésica franco-española del siglo XVIII que ubicó el sitio por el cual pasa la línea equinoccial; pero también se halla allí el Museo Etnográfico Mitad del Mundo. El atractivo se completa con una pequeña urbe alrededor del monumento llamada “Ciudad Mitad del Mundo”, que es una réplica de una villa colonial española.

Aparte, otros monumentos que se hallan en la línea equinoccial y que deben ser citados son el Cerro Catequilla, el Reloj Solar Quitsato y la antigua pirámide de Calacali.

El obelisco Mitad del Mundo, de 30 metros de altura, fue construido entre 1979 y 1982. Remata en un globo terráqueo de 4.5 m de diámetro y 5 toneladas. En su interior hay un pequeño museo. En la Ciudad Mitad del Mundo existen cuatro pabellones. El Pabellón Oswaldo Guayasamín posee una exposición de obras del famoso pintor ecuatoriano. Otro de los pabellones es el de Francia, donde se encuentra el Museo Geodésico. En el Pabellón del Sol se expone información sobre las ciudades de Guayaquil y Cuenca.

El visitante puede disfrutar en total de 11 atractivos diferentes, algunos de ellos son: el Planetario, una maqueta de Quito colonial, el “Insectarium” (Primer Museo de insectos del Ecuador) y el Museo de Cerveza Artesanal. Fines de semana y días festivos: festivales,  danza y otras expresiones artísticas en la plaza del pueblo.

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Intiñán. Palabra quechua que significa Camino del Sol. Es el nombre del Museo de Sitio que se halla en San Antonio de Pichincha. A 200 metros del Museo y Ciudad Mitad del Mundo.

Intiñán es un centro de difusión científica y antropológica. Quizás su aspecto más publicitado es el científico por la “demostración del huevo”. Los visitantes son retados a equilibrar un huevo sobre la cabeza de un clavo, de manera perpendicular. El Museo entrega un certificado a quienes lo logran. La segunda demostración que sorprende es el “Efecto Coriolis”. Al retirar el tapón de un recipiente lleno de agua, el desagüe es perpendicular. Ni horario, ni anti-horario. Dos pruebas de que la gente se halla en la Mitad del Mundo, en la Línea Equinoccional. Bajo sus consecuencias.

Hay un segundo aspecto no tan conocido. Se trata de un museo antropológico. Difunde el conocimiento solar de los pueblos aborígenes ecuatorianos y sus culturas.

Intiñan tiene una distribución atrayente. El Cilindro Solar o “Acoratene” para observar el movimiento del Sol. En su centro la Chakana. La kuri-cancha para celebrar equinoccios y solsticios. Con capacidad para 400 personas. El bosque totémico y los atlantes. La réplica de una tola funeraria. El Calendario Solar indica la posición de la tierra con respecto al sol.

Las culturas Shuar, Waorani, Qichua y Salasaca tienen sus salas muy particulares. Estas exponen sus personajes, costumbres, formas de vida y el medio ambiente en el que se desarrollan. La visita no está completa sin conocer algo sobre las Islas Galápagos y ver el corral de camélidos andinos.

El Museo Intiñán, iniciativa familiar, tiene varias décadas de experiencia. Es un proyecto iniciado en 1960 por el profesor, periodista e investigador Humberto Vera. Lo continúa su hijo Fabián Vera.

La parroquia San Antonio de Pichincha, al norte de Quito, es famosa a nivel mundial. La Línea Equinoccional, que divide al mundo en dos mitades, pasa por este lugar.

 
 
 

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